jueves, 19 de julio de 2018

Seis sombras.

Capturamos la ninfa nocturna
entre callejuelas
y sonidos de campanas.

Cobijados entre
los túnicas negras
hermanos míos
vagando noche tras noche
entre ritos sangrientos
y alaridos dolientes.

Llama la penumbra
invitando
a los sórdidos lamentos.

Espectros obscuros
meciéndose en la calle
cobijados por el encanto nocturno
y el frío demencial.

Cual almas condenadas
nos mecemos otro día
cazando
escuchando
esperamos el momento.

Fiebre.

A llegar
la media noche
entre
lo sacro
y lo infernal.

Crepúsculo entre los entes malditos
y los coros angelicales.

         Las tristes sombras
                   exiliados
            del gran reino
              hermanos míos.
                  condenados.

 Una suave muerte
ahogado en carmesí
y entre alucinaciones
cobrizas.

Interzona.

Asesino de los limites
porto la daga.
Asesino de la placenta.

    Demonios
    del profundo
         Averno.

Maté a esa dulce barrera
entre lo real
y los sueños de los condendos.

      Pesadillas
       terrores nocturnos
    dulces recuerdos.

La fatalidad bailoteante
tétricos atardeceres llenos
del gris más obscuro .

      Entre
   los impulsos
       suicidas.

Caemos tendidos ante algo
parecido a la salvación
y el calor de la vida.

     Sueña
         cretino
  sueña.

Coleccionista de ayeres.

Apartado
entre una manada de gatos callejeros
y alguna decepción.

Despacio
camino hacia el horizonte.
Despacio
me acerco cada día más a la locura.

He vivido tanto tiempo
entre penumbras
que da igual.
El sol
no es más que un recuerdo.

Necesitaba
algún remedio místico.
Necesitaba
romper lo real.

miércoles, 18 de julio de 2018

Entre las arenas.

Nadie al rededor
con el sol azotando mi rostro
 el viento arrastrando
una túnica raída.

Debajo del manto
de la locura
y la desesperación.

De la nada suena
un suspiro
oculto entre la arena
y la roca pútrida.

Es mejor ignorarlo
es mejor la soledad
es mejor, el odio.

Rito tercero.

Disperso y un poco, ajetreado.
amanezco
sin ver el amanecer
o alguna señal de vida.

Asomarse por mi andar
mi solitario paso misterioso.

Lejos
de mis labios
el dulce sabor
de la venganza.

Sediento del vital
liquido impío.

Puedo moverme
para beber
un poco del carmesí
de la musa olvidada.

Tan divertido es
hermanos míos
el sacrificio
la mortalidad
el libre albedrío.

Madrugada turbia.

Perseguí tu llanto sobre las escaleras dentro de un contexto confuso.
El sonar de tus alas arrastrarse me hizo sentir lo indefenso que estabas,
el silencio sudaba mi desesperación.
Las paredes se encogían durante el reinado de los cielos color agónico.
Sólo anhelo el amanece tuyo...